martes, 10 de noviembre de 2015

Poesías de Rogelio Sinan


28 de noviembre
Oda premiada con medalla de oro, por un jurado de
calificación, en la velada literaria que celebró
La Sociedad Progreso del Istmo”
el 28 de Noviembre de 1889.
                         “… Panamá, el centro del
                         Universo, es regenerado por si
                         mismo, y libre por su propia
                         virtud. El acta de Independencia
                         del Istmo de Panamá es el
                         documento más glorioso que
                         puede ofrecer a la historia
                         ninguna provincia Americana.
                         Todo está allí consultado, justicia,
                         generosidad, política e interés nacional.”
                                                                       BOLIVAR.
                (Carta al General Fábrega. Febrero 1º de 1822)
INVOCACION
Luz de la inspiración, chispa divina,
sólo con un destello refulgente
disipa las tinieblas de mi mente,
y mi obscura razón ven e ilumina.
Sublime Mnemosina,
yo quiero recordar con sumo anhelo
de nuestra redención la grata historia,
y hacerme digno del istmeño suelo
que supo conquistarse inmensa gloria.
Ven, diosa, ven, refresca mi memoria
con tu suave aliento,
y conduce a regiones ignoradas
mi torpe y extraviado pensamiento.
Musa de la Memoria, ven y ayuda
en este augusto instante mi cerebro,
para elevar a Panamá un requiebro
acompañado de armoniosas notas,
aunque después mi lira quede muda,
rotas sin cuerdas, de entusiasmo rotas.
Quisiera yo con atrevido vuelo
veloz hender, cual cóndor, el espacio,
ocultarme entre nubes de topacio,
de nácar y amaranto,
para robarle inspiración al cielo
y entonarle a mi Patria tierno canto.
Pero es en vano Panamá. En tu día
yo no puedo magníficos cantares
entonar con pindárica armonía:
sí me es dado quemar en tus altares
con toda reverencia, sólo un grano
de perfumado incienso
como tributo inmenso
que ofrenda un corazón republicano.
I
Querida Panamá. Cuando contemplo
a través de los tiempos tu pasado,
aquí dentro del pecho, erijo un templo
y ante tu altar derramo triste llanto
por ti, no más por ti, querido suelo.
Tres centurias gemiste bajo el yugo
de la opresión ibera,
relegada al olvido
sufriendo sin cesar amargas penas:
y entre tantas desdichas y rigores
no escuchaste más ruido
que los fuertes clamores
formados al rodar de las cadenas:
pero ¡ah! la suerte  quiso
darte valor civil, y con coraje
te arrancaste oprobiosa vestidura
al destrozar tus férreas ligaduras
que te ataban al viejo coloniaje.
VEINTIOCHO DE NOVIEMBRE: Patria amada,
hoy viste en tu horizonte los albores
de un cielo esplendoroso,
nuncio de libertad. El astro hermoso
lució con más donaire en el Oriente:
brilló más pura la argentada fuente,
y las tempranas flores,
ostentaron más bellos sus colores,
y perfumaron el Istmeño ambiente.
¡Libertad! Murmuraron nuestras aves
y a ese nombre los bosques respondieron
con acentos melódicos, suaves
que las brisas también repercutieron.
En ese santo día, se proclama
por treinta y un patriotas,
la Diosa –Libertad que el pueblo aclama
hoy al mirar nuestras cadenas rotas…
Fecha inmortal!
Afrentador sudario
hoy se arranca del cuerpo del esclavo:
y aquella fecha, el Ángel de la Fama
la inscribe en su glorioso Calendario.
II
¿Qué significa aquella muchedumbre
que sin cesar se agita
y allí, donde el Cabildo se reúne
llena de santo ardor se precipita?
-¡Espectáculo  grande! Nuestros padres,
con justísimo celo deliberan,
y piensan proclamar la independencia
inspirados por Dios y el patriotismo…
Miradlos, allí están! Quiénes son ellos?
-Son los Padres Conscriptos de esta Patria,
que del sol de Noviembre a los destellos,
en Junta General de augustos cuerpos:
Civiles, Militares y Eclesiásticos,
a invitación del gran Ayuntamiento,
y de un pueblo iracundo a la presencia
proclaman, con un solo pensamiento,
ante la faz del mundo,
del Istmo la primera independencia.
Miradlos, allí están! Treinta y un hombres
firman de redención el documento;
treinta y uno no más, y cuyos nombres
no basta a contenerlos la memoria,
ni caben en la plancha
inmensa de la Historia.
III
A impulso de espontáneo patriotismo
fundiste, pueblo hermoso, tus cadenas:
pero no recibiste el bautismo
de libertad, con sangre de tus venas,
Veintiocho de Noviembre! Santo día
de gloria inmarcesible. El edificio,
que en Panamá erigió la monarquía
española, terror de las naciones,
que se colmó de gloria en Zaragoza
y en Bailen, y en Lepanto y en Pavía
hoy se vio demolido en beneficio
de la América entera,
y allí, sobre sus mismas fundaciones,
a la Libertad alzóse un templo,
y en su vistoso y bello frontispicio
sus colores lució nuestra bandera.
…………………………………….
…………………………………….
Hubo un tiempo fatal para el colono,
que sujeto a la aciaga tiranía,
ahogaba en su pecho justo encono,
y estacionario en la abyección vivía!
El saber escribir era un delito
en el esclavo; el texto de lectura
era sólo de Cristo la Doctrina
que, entre inmensa tortura,
aprendía por arte rutina.
Nadie aspirar debía aunque quisiera
del Istmo la ventura;
ni pensar en su santa Independencia,
ni aspirar a la gloria,
ni sondear los arcanos de la Ciencia,
ni hablar de los asuntos de la Historia.
Era un caos no más. El retroceso
imperaba en el Istmo por doquiera,
y al condensarse tantos elementos
brotó la chispa hermosa del Progreso
y de la Libertad ardió la hoguera.
IV
Tú, Panamá, besada por los vientos
del Pacífico mar y mar Atlante,
de riquezas con grandes elementos,
te erguiste y acercaste  los momentos,
de conquistar un porvenir brillante…
Desde entonces, con mágico embeleso
te bañaste en los líquidos cristales
que forman al regar con sus raudales
la fuente bendecida del Progreso.
Tembló el volcán que en su interior sofoca
el patriotismo con ardiente lava;
saltó en fragmentos la soberbia  roca
peninsular de la ciudad esclava,
y sin igual empuje
del cívico heroísmo,
después de tan glorioso cataclismo,
el león crispa su melena y ruge
ante la augusta majestad del Istmo.
Brilló la luz de la Razón. El hombre
se convirtió de esclavo en ciudadano;
amó de la igualdad el santo nombre,
y maldijo después el del Tirano…
Y sobre tu progreso, Patria mía,
¿qué influjo tuvo, pues, tu independencia?
-Independiente ya de la Metrópoli
el Istmo, la Divina Providencia
lo colmó de sus dones celestiales
y empresas colosales
vinieron a este hermoso territorio,
“Centro del Universo” bello emporio
como Bolívar lo llamó algún día;
y las Artes, la Industria y el Comercio
se ensanchan en el centro de la América,
y naves a millares
surcan del Istmo el líquido elemento;
entonces de mi patria en los altares
la Civilización con el Progreso,
celebran sus divinos desposorios
con tierno arrobamiento.
La audaz locomotora,
en su veloz carrera, rasga el viento;
y lleva por doquier y sin demora
la eléctrica corriente, el pensamiento.
V
Yo, el último tal vez de los istmeños
vengo a tu altar en tu solemne día
para regar con mis queridas flores
el santuario que ocupan, Patria mía,
del Istmo los preclaros redentores.
No fue en campos sangrientos de batalla
en donde el Istmo se cubrió de glorias;
no siempre entre el fragor de la metralla,
se obtienen solamente las victorias…
En las soberbias y estupendas lides
que libra el Pensamiento,
surgen también valientes adalides;
el francés Mirabeau en el Parlamento
es tan gigante como el griego Alcides.
VI
EPILOGO
Panameños: juremos con anhelo
delante del altar de la Conciencia
guardar la integridad de nuestro suelo
para que sea el único desvelo
del Istmo conservar su Independencia,
y seguir por la senda del Progreso.
Sí: juremos también en este día
ante la faz del mundo, torvo el ceño,
odio y terror a toda tiranía
mientras palpite un corazón istmeño.
La voz que alienta el santo patriotismo
levantemos unísona, sonora,
y exclamemos con voz atronadora:
VIVA LA INDEPENDENCIA! GLORIA AL ISTMO!


Un político joven,
por 
Federico Escobar
En su propia ignorancia estaba oculto;
y aconteció no sé qué movimiento,
y como un globo se llenó de viento,
y se llevó surgido del tumulto.
Y aquella nulidad, social insulto,
confirmación del nulo entendimiento,
negación ambulante del talento,
es un idiota de la marca en bulto.
Encumbrado, gustó de la dulzura
del poder, y en marcada circunstancia,
cuando creyó su posición segura.
Cayó envuelto en su propia petulancia.
Siempre produce vértigos la altura
cuando la cumbre escala la Ignorancia.
Episodio,
por 
Federico Escobar
                  Para El Heraldo del Istmo
Cuentan que un Batallón casi vencido,
y muerto el Jefe en campo memorable,
un Capitán gritó:  “A la bayoneta!”
con ronca voz blandiendo corvo sable.
Refieren que con aire de espartano
asaltó con los suyos la trinchera,
y que murió venciendo al enemigo,
por su Dios, por su Patria y su bandera.
Y que detrás de un corpulento roble
un cobarde oficial quedó escondido,
quien después de ese trágico episodio
usurpóse la gloria y fue ascendido
……………………………………
Hoy ninguno recuerda la memoria
del héroe de aquel campo de batalla.
Por ese triunfo el oficial cobarde
ostenta sobre el pecho una medalla.
Loca!,
por 
Federico Escobar
                             Para El Heraldo del Istmo
Era una mañanita de Mayo alegre y bella.
La espiritual Elvira en la ojival ventana,
gemía amargamente. . . Cuán triste estaba aquella
mujer, y cuán alegre la fúlgida mañana.
Y vio pasar Elvira espléndida pareja
de novios, cortejados por damas y señores..
Después?- Lanzó un suspiro y murmuró una queja
y en lágrimas brotaron de su alma los dolores.
Corrió a su estancia luego.  En regia cuna un niño
soñando cosas tiernas, con placidez dormía:
lo contempló un momento con maternal cariño.
Lloraba entonces ella y el niño sonreía.
Y pálida y convulsa, incierta la mirada,
pensando en aquel novio, a quien amó, suspira;
y prorrumpiendo en honda y amarga carcajada
de amor se vuelve loca la espiritual Elvira.
Lumínico,
por 
Federico Escobar
Sé a dónde voy. . . . .Conozco mi Destino:
sé que voy a morar a otras regiones;
y expuesto al vendaval de las pasiones
prosigo, indiferente, mi camino.
He visto en el Horóscopo mi Sino. . . .
No me doblegan negras decepciones
ni cedo a los aplausos y ovaciones.
Me siento débil, pero no me inclino.
Cuando al soplo mortal que al Hombre aterra
mi espíritu a la Luz alce su vuelo
libre de la corteza que lo encierra
y que encadena la Materia al suelo,
mi cuerpo será abono de la Tierra
y será mi Alma, Espíritu del cielo!
Negra y Blanca,
por 
Federico Escobar
                Especial para Nuevos Ritos
Cual las negras pupilas de tus ojos
que luz difunden como dos luceros;
como tu negra y blanca cabellera
que con ternura juega con el viento;
como del negro Otelo la silueta,
                  Vida mía, tienes el cuerpo.
Blanca como los copos de la nieve
que se congela en las regiones árticas;
como el capullo de una blanca  rosa
que sus pétalos abre en la mañana;
y pura como el alma de Julieta,
                  Negra mía, tienes el alma.
Como alas de una golondrina,
como lira de lustroso ébano,
como estatua de Venus Citerea
que Fidias cincelara en mármol negro;
como plumaje de una negra garza,
                  Alma mía, tienes el cuerpo
Y blanca como el disco de la noche
de luz tibia, suave y argentada;
pura como una gota de rocío
entre la madre-perla coagulada
y santa cual la hostia en la patena,
                  Alma mía,
                  Vida mía,
                  Negra mía,
             tienes el alma.
A Víctor Manuel Alvarado,
por 
Federico Escobar
                       En el día de sus nupcias.
Ardan en el altar olímpico
la llama del Himeneo;
y no dejen que se extinga
el sacratísimo fuego
las purísimas Vestales
del mitológico Templo
para que dichosa sea
la Virgen de tus ensueños.
Batan sus alitas rubias
los arcángeles del cielo
sobre tu hogar venturoso
dulcísimo hogar risueño;
y sé feliz con tu esposa,
la dueña de tus afectos,
la que domina en tu alma,
la reina de tus ensueños.
Sin menguantes, claras lunas
de mieles del Monte Hímeto,
sobre tu hogar bendecido
derramen tibios destellos,
para que dichosa seas
al lado de tu ángel bello,
la ninfa de tu amores,
la Diosa de tus ensueños.
Pecadora,
por 
Federico Escobar
Cual de fresco rosal la verde rama
que cede al vendaval, en tu idealismo
cediste al angustioso paroxismo
que produce el Desdén cuando se ama.
Después purificada por la llama
del Amor, tras amargo  letargismo,
te apartaste del borde del abismo
y otro galán te proclamó su dama.
Transformada, luciste la hermosura
del alma, la belleza triunfadora
de la virtud en la expresión más pura.
Y sin embargo la Injusticia ahora
te sumerge en el mar de la Amargura
y te sigue llamando Pecadora!
El sueño de la gloria,
por 
Federico Escobar
(Poema en un canto)
                  Para Ricardo Miró
Era una noche clara,
noche de luna, hermosa;
y el ambiente del campo despedía
perfumes de jazmines y magnolias.
El Poeta dormía dulcemente
de un frondoso laurel bajo la sombra:
su lira era la almohada
su lecho la del césped verde-alfombra.
Junto al lecho velaba casta Musa
blanca, núbil, aérea, vaporosa
é inspiratriz de las hermosas rimas,
Alma Mater de olímpicas estrofas!
Sobre la frente del dormido bardo
ella posaba su purpúrea boca
y él cantor sonreía, soñando con la Gloria. . . . . . .
Mas de improviso apareció en el campo,
cortejando a la Envidia, larga tropa
de monstruos espectrales que al Poeta,
empezaron con muecas a hacer mofas.
Y con danzas macabras
la procesión diabólica…
intentaba atraer aquella Musa
del bardo fiel esposa,
Pero ¡oh sublimidad!. . .  La Musa luego
así exclama con voces estentóreas:
¡Monstruos, hijos del mal!  Dejad que duerma
el Poeta que sueña con la Gloria. . . . . . . . . . . . . .
¿Queréis que le abandone?- Es imposible!
Jamás!. . . .   Yo soy su sombra!
Y ¡ay de vosotros si despierta el bardo
Y fulmina, iracundo, sus estrofas!
…………………………………………
Sordo rumor se siente en el Espacio:
de la Envidia es la cólera
que impotente, rugiendo  se desata
por el éter con rudas voces roncas!. . . .
. . . . Es que desaparece aquella turba
en confusión diabólica
Se oye después orquestación celeste
de músicas eólicas;
y cuando por las puertas del Oriente
su rubicunda faz la Aurora asoma,
el bardo, bajo palio de laureles,
acostado del césped en la alfombra,
despierta al ruido de un cerúleo beso,
de un beso de su Musa vaporosa
y con ella prosigue su camino
a realizar el SUEÑO DE LA GLORIA!
A mi patria,
por 
Federico Escobar
                       Para Guillermo Andreve
                       Alea Jacta Est.
                                                César.
Pretenden rescatarte porque te aman
tres Señores feudales, Patria Mía?
-Jamás … Mentira el interés los guía
y con miras arteras te reclaman.
Que te adoran, ternísimo, exclaman
derrochando a su antojo la Ironía
y faltando a las leyes de hidalguía
viles traidores a tus hijos llaman.
Pero que importa? La inflexible Astrea
diosa de la Justicia, en tu bautismo
republicano, pronunció Alea.
Demostrando al moderno feudalismo
que en la balanza pesa  más la Idea
que la Fuerza brutal del Despotismo.

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